jueves, 27 de marzo de 2014

Paul Ekman

Paul Ekman: Una teoria fascinante

Paul Ekman (nacio el 15 de febrero de 1934) es un psicólogo pionero en el estudio de las emociones y la expresión facial de las mismas. Ha sido considerado uno de los cien psicólogos más destacados del siglo XX. Ekman asume una perspectiva evolutiva, en el sentido de que el desarrollo de los rasgos y estados del ser humano, en el tiempo, es el fundamento de sus investigaciones.

Ekman nació en 1934 en
 Washington, DC y creció en Newark, New Jersey, Washington, Oregón y California. Su padre era pediatra.

Recibió el Premio de Investigación Científica del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) en 1971, que renovó en 1976, 1981, 1987, 1991 y en 1997. Durante más de 40 años el NIMH financió sus investigaciones a través de becas y premios diversos.

En 2001, Ekman trabajó al lado del actor inglés John Cleese para la BBC, en una serie documental intitulada The Human Face (El rostro humano). Se jubiló en 2004 como profesor de psicología del departamento de psiquiatría de la Universidad de California, San Francisco (UCSF).
Estudios

A diferencia de las creencias de algunos
 antropólogos culturales, como Margaret Mead, Ekman encontró que las expresiones faciales de las emociones no son determinadas culturalmente, sino que son más bien universales y tienen, por consiguiente, un origen biológico, tal como planteaba la hipótesis de Charles Darwin.
La comunidad científica de la actualidad está de acuerdo en que los hallazgos de Ekman son válidos. Entre las expresiones que él clasificó como universales se encuentran aquellas que expresan la ira, la repugnancia, el miedo, la alegría, la tristeza y la sorpresa. En cuanto al desprecio o desdén, es menos claro, aunque hay evidencia preliminar en el sentido de que esta emoción y su expresión pueden reconocerse universalmente.
Ekman describió "microexpresiones" faciales que, según demostró, pueden utilizarse para detectar las mentiras con cierto grado de confiabilidad; ello como parte del denominado Proyecto Diógenes. También desarrolló el Sistema de Codificación Facial de Acciones (en inglés "Facial Action Coding System", FACS) para clasificar todas las expresiones del rostro humano que sea posible imaginar. Ha publicado investigaciones acerca de una variedad muy amplia de temas dentro del ámbito del comportamiento no verbal. Sus trabajos acerca de la mentira, por ejemplo, no se limitaron a las expresiones del rostro, sino que se basaron en observaciones acerca del cuerpo humano en su totalidad.
Ekman utiliza también los signos verbales de la mentira. Al ser entrevistado acerca del caso Mónica Lewinsky, afirmó que, debido al lenguaje eufemístico de Bill Clinton, era posible afirmar que estaba mintiendo.
Las contribuciones de Ekman al Comité Editorial de la revista Greater Good, publicada por el Greater Good Science Center, un centro de investigación científica interdisciplinaria de la Universidad de California, Berkeley, incluyen las interpretación de investigaciones científicas acerca de los fundamentos de la compasión, el altruismo y las relaciones humanas pacíficas.
Ekman trabaja, actualmente, al lado del investigador Dimitris Metaxas en el diseño de un detector visual de mentiras.
Ekman ha contribuido, también, en gran medida al estudio de los aspectos sociales de la mentira, de las razones por las que mentimos y por las que no suele preocuparnos la detección de las mentiras.
Clasificación de las Emociones
Ekman desarrolló una lista de emociones básicas a partir de investigaciones transculturales en individuos destacados de la tribu de Papúa Nueva Guinea. Observó que los miembros de una cultura aislada de la Edad de Piedra son capaces de identificar con un alto grado de confiabilidad las expresiones emocionales al observar las fotografías tomadas a personas de culturas con las que ellos no han estado familiarizados.
También eran capaces de adjudicar ciertas expresiones faciales a las descripciones de situaciones específicas. Con esa información, llegó a la conclusión de que algunas expresiones son básicas o biológicamente universales en la especie humana. La siguiente es la lista elaborada por Ekman (1972) de las emociones humanas:
·         alegría
·         ira
·         miedo
·         repugnancia
·         sorpresa
·         tristeza
Sin embargo, en la década de 1990 Ekman amplió esta lista de emociones básicas e incluyó un rango más extenso de emociones positivas y negativas, de las cuales no todas están codificadas en músculos faciales (Ekman, 1999):
·         alivio
·         bochorno
·         complacencia o contento
·         culpa
·         diversión
·         desprecio o desdén
·         entusiasmo o excitación
·         felicidad
·         ira o rabia
·         miedo o temor
·         orgullo
·         placer sensorial
·         repugnancia, repulsa, asco o repulsión
·         satisfacción
·         sorpresa
·         tristeza
·         vergüenza




http://www.youtube.com/watch?v=6RjEkdep5v0

jueves, 13 de marzo de 2014

Los Divorios

¿Crees que los divorcios afectan las relaciones posteriores de los ninos (as)? Te invitamos a leer el siguiente articulo que encontramos: 

¿Qué es el divorcio?

Un matrimonio se divorcia cuando los integrantes de la pareja deciden que ya no pueden continuar viviendo juntos y no quieren seguir estando casados. Acuerdan firmar ciertos papeles con validez legal que les permiten volver a ser solteros y casarse con otras personas si lo desean.
Aunque esto puede parecer sencillo, no resulta fácil para una pareja decidir ponerle fin a su matrimonio. A menudo, antes de decidir divorciarse, se toman un largo tiempo para intentar resolver los problemas que existen. Sin embargo, en ocasiones, no pueden resolver esos problemas y deciden que el divorcio es la mejor solución.
En ciertos casos, ambos padres desean divorciarse; en otros, sólo uno lo desea. Por lo general, ambos se sienten desilusionados porque su matrimonio no duró para siempre, incluso cuando uno de ellos desee divorciarse más que el otro.
Muchos niños no desean que sus padres se divorcien. Algunos niños tienen sentimientos encontrados acerca del tema, en especial cuando saben que sus padres no eran felices juntos. Algunos niños pueden llegar incluso a sentirse aliviados cuando sus padres se divorcian, en especial si ellos se peleaban mucho cuando estaban casados.
Es muy importante que los niños sepan que el hecho de que sus padres se hayan divorciado no significa que se han divorciado de sus hijos. Algunos niños piensan que, si sus padres se están divorciando, tanto su papá como su mamá también querrán abandonarlos a ellos.
Si bien es cierto que un niño cuyos padres se han divorciado suele vivir con uno de ellos la mayor parte del tiempo, el que no vive con él sigue siendo su mamá o su papá para siempre. Eso nunca cambiará.

¡Los niños no son los causantes del divorcio!

Existen muchos motivos por los cuales la gente se divorcia. Tal vez, la relación se haya enfriado. Quizás el amor mutuo que alguna vez ambos sintieron haya cambiado. Tal vez, se pelean y no pueden ponerse de acuerdo acerca de nada. Cada pareja tiene sus propios motivos para divorciarse. Más allá de cuáles sean las razones, hay algo que es indudable: ¡Los niños no son los causantes del divorcio!
Sin embargo, muchos hijos de padres divorciados creen que ellos son los responsables de que su papá y su mamá se hayan divorciado. Piensan que, si se hubieran portado mejor, hubieran obtenido mejores calificaciones o hubieran ayudado más en las tareas de la casa, sus padres no se habrían divorciado. Pero esto no es verdad. ¡El divorcio es algo que deciden las mamás y los papás!
El hecho de que alguna vez hayas escuchado a tus padres discutir acerca de ti o de que tu vecino crea que sus padres se divorciaron porque él tuvo problemas en la escuela no es motivo para que un matrimonio decida divorciarse. Quizá sientas que eres el culpable de que tus padres se hayan divorciado, pero no eres el causante. Y el hecho de que tus padres decidan ponerle fin a su matrimonio no es tu culpa.

¡Los niños no pueden evitar el divorcio!

Así como los niños no son culpables del divorcio, tampoco pueden hacer que sus padres vuelvan a estar juntos. En la mayoría de los casos, los padres no se reconcilian, aunque muchos niños lo deseen e incluso intenten hacer cosas destinadas a lograrlo. Es posible que, si te comportas como un ángel todo el tiempo (¿quién puede hacerlo?) y obtienes las mejores calificaciones en la escuela (algo también muy difícil de lograr), tus padres estén contentos contigo, pero eso no significa que vuelvan a estar juntos.
Lo opuesto también es verdad. El hecho de que te metas en problemas para que tu mamá y tu papá tengan que reunirse a conversar acerca de ese tema tampoco logrará la reconciliación. Por lo tanto, solo sé tú mismo y trata de conversar con tus padres acerca de tus sentimientos.

¡Siento que mi mundo se ha derrumbado!

Si tus padres se están divorciando o estás ayudando a un amigo que se encuentra en esa situación, hay algunas cosas importantes que debes recordar acerca de los sentimientos. En primer lugar, es normal que experimentes una gran cantidad de sentimientos diferentes, como enojo, miedo y tristeza.
En segundo lugar, aunque te parezca que tu mundo se ha derrumbado, con el tiempo todo volverá a estar bien. Tu vida quizás haya sufrido algunos pequeños cambios, pero todo volverá a recomponerse... tal vez, antes de lo que tú crees.
Mientras tanto, existen maneras de manejar los sentimientos que estás experimentando. Si estás muy enojado, puedes darle puñetazos a la almohada, patear cajas vacías, pegarle a la pelota de béisbol o correr a toda velocidad durante todo el tiempo que resistas. Pero nunca debes descargar tus sentimientos en otra persona.
También puede resultar útil contarle a alguien cómo te sientes. Si estás realmente enojado, debes expresarlo. Hablar de lo que sientes es mucho mejor que guardarte los sentimientos o mostrarte gruñón e irritable.
En ocasiones, el solo hecho de hablar con alguien representa un gran alivio. Sólo intenta decir lo siguiente: "¡Estoy tan enojado (o triste o preocupado) por el divorcio de mis padres! ¡Me afecta muchísimo!". Te sentirás aún mejor si la persona que te está escuchando te responde, por ejemplo, de la siguiente manera: "Es lógico que te sientas así. Entiendo perfectamente lo que te sucede". En ocasiones, es suficiente con ese breve diálogo.
Algunas veces, esto es sólo el comienzo de todas las conversaciones que mantendrás. Habla con uno de tus padres. Si eso te incomoda, busca a alguien con quien te guste conversar; tal vez, tu hermano o tu hermana, un maestro, un consejero escolar un vecino o uno de tus abuelos. Es difícil expresar lo que uno siente, pero resulta de gran ayuda.
Si tienes un amigo cuyos padres se están divorciando, intenta escucharlo con atención cuando él quiera hablar contigo. El divorcio nunca es fácil.
En ocasiones, los sentimientos que experimentan los niños respecto del divorcio de sus padres son tan fuertes que les cuesta concentrarse en otra cosa. Cuando los niños están muy tristes, enojados o preocupados, es probable que no presten atención en clase, que no se concentren en sus tareas o que ni siquiera puedan recordar algo que acaban de leer. Si esto sucede, es fundamental buscar ayuda.
Es probable que los niños se sientan mucho mejor después de conversar con un terapeuta, un consejero o un asistente social. Estos adultos están capacitados para conversar con las personas acerca de sus problemas y para ayudarlas cuando experimentan sentimientos demasiado intensos. También existen grupos de apoyo en escuelas y otros lugares de la comunidad, donde los niños pueden conocer a otros niños cuyos padres se han divorciado o están divorciándose y hablar de cómo los afecta la situación que están viviendo. Además, existe una gran cantidad de libros acerca del divorcio especialmente escritos para niños.

La vida después del divorcio

Por lo general, cuando los padres se divorcian, uno de ellos se va de la casa y vive en otro lugar. Algunos niños pasan cierto tiempo viviendo con uno de sus padres y cierto tiempo viviendo con el otro. Otros niños viven la mayor parte del tiempo con uno de los padres y visitan al otro. Si éste es tu caso, al principio puede parecerte extraño visitar a tu propio padre, pero quizás empieces a disfrutar pasar algún tiempo fuera de la casa donde vives todos los días. Y puede hacerte sentir bien saber que tienes dos hogares donde alguien te ama.
Si vives la mayor parte del tiempo con uno de tus padres, el otro quizá viva cerca o lejos. La frecuencia con la que lo visites podría depender, en parte, de dónde viva cada uno. Algunos niños cuyos padres se divorcian deben mudarse a una nueva casa o un nuevo vecindario, y eso también puede resultar difícil. A menudo (más allá del gran cambio que implica el divorcio), la mayoría de las otras cuestiones -la escuela, los amigos y el vecindario- no se modificarán.

Cuándo decir lo que se piensa

En ocasiones, los problemas aparecen cuando los niños visitan a uno de sus padres y luego vuelven con el otro a la casa donde viven. Por ejemplo, uno de los padres quizás haga muchas preguntas acerca de lo que el otro está haciendo. En ocasiones, alguno de los padres quiere que el niño sea un mensajero entre una casa y la otra. Los niños suelen sentirse incómodos cuando esto sucede. Desearían que sus padres hablaran entre sí para preguntarse lo que quieren saber.
Los niños no desean sentirse en el medio. Si alguna situación de este tipo te sucede, habla con tus padres y diles cómo te hace sentir.

El futuro

¿No te gustaría saber lo que te depara el futuro? Para un niño cuyos padres se han divorciado, el futuro puede significar la posibilidad de tener familias postizas. No esperes que todo se desarrolle siempre armoniosamente.
Puede resultar muy difícil afrontar el divorcio, pero intenta recordar que a muchos niños les sucede lo mismo que a ti y, por lo general, todo y todos vuelven a la normalidad. De hecho, aunque te parezca que todo está mal en este momento, te sorprenderías de todas las cosas buenas que te depara el futuro.

Teoria de las Relaciones Objetales

Una teoría muy interesante para poner en practica en nuestra carrera: 

Melanie Reizes nace el 30 de marzo de 1882, en Viena. De familia judía, es la menor de cuatro hermanos, su padre era médico, por lo que Melanie se interesa en la medicina. Deja sus intenciones de estudiar medicina al conocer a Arthur Stevan Klein, con quien se casa el 31 de marzo de 1903. Melanie concibe tres hijos, Melitta, Hans y Erich. Su madre muere en 1914, lo que produce una gran depresión en ella, por lo que se comienza a analizar con Ferenczi. Es en este punto donde Melanie se interesa por el psicoanálisis. Asiste a los Congresos de Psicoanálisis Internacional. Desarrolla el estudio de la aplicación del psicoanálisis en niños. Fue apoyada principalmente por E. Jones, quien fuera presidente de la Sociedad Británica de Psicoanálisis, en fuerte oposición a Freud, pues, en Viena, su hija (Anna Freud) era apoyada en sus investigaciones con los niños, asunto que mantuvo a Klein y a Anna en confrontación permanente. En 1921 se divorcia de Arthur y en 1934 muere su segundo hijo. Melanie funda en 1955 la Asociación Melanie Klein. Paula Heimann fue su principal seguidora. Sufrió una gran oposición de sus pares por sus teorías. En 1958 muere Jones, Klein queda muy apenada y reduce sus actividades. Aquejada de osteoartritis progresiva y además de una anemia y un cáncer de colon, muere el 22 de septiembre de 1960.


La Teoría de las Relaciones Objetales, y todos los conceptos de vital importancia que la sustentan, son obra de Melanie Klein, y sobre ella es que se ha redactado este trabajo, intentando entregar una visión amplia y expedita respecto de su corriente y su legado teórico.
Con esta intención, y con herramientas de investigación tanto teóricas como prácticas, se desarrolla a continuación la teoría de Melanie Klein a través de bases bibliográficas y experienciales, con un profesional del campo.
Con esto, se pretende entregar de la forma más clara posible, como evidencia el proceso de psicodianóstico los postulados teóricos kleinianos y todo lo que esto implica.
Queremos destacar, sin embargo, que la corriente kleiniana, viene a continuar una línea teórica ya desarrollada, por lo que conjeturamos una cercanía a la corriente psicoanalítica de Freud.
Teoría de las Relaciones Objetales
De la teoría de las Relaciones Objetales, Melanie Klein desarrolla este, su principal concepto y de donde surge las demás variantes de toda su teoría. Esta teoría se sostiene en una relación diádica (madre - hijo), que se basa en al existencia de un objeto real interno, para lo que se requiere la existencia de un objeto real externo. El mundo interno supone la presencia de pulsiones libidinales y agresivas (EROS y THÁNATOS) y requiere de representaciones para ser expresadas.
Fantasías inconscientes; es la expresión mental de los instintos y, por consiguiente, existe desde el comienzo de la vida (para cada impulso hay una fantasía correspondiente).
Las fantasías son contenidos primarios de los procesos mentales inconscientes, y pueden definirse como los representantes psíquicos de los instintos: no hay acto instintivo que no sea vivido como fantasía inconsciente, aunque luego, esta puede pasar a ser un modo de defensa contra los impulsos. La fantasía tiende a considerar que el impulso se satisface efectivamente, mientras que, como defensa, considera que dicho impulso es realmente inhibido o controlado.
Crear fantasía es función del yo (Klein plantearía una constitución temprana del yo), por esto, la concepción de la fantasía como expresión mental de los instinto supone mayor grado yoico del que postula Freud. Plantea que desde el nacimiento el yo es capaz de establecer relaciones objétales primitivas en la fantasía y en la realidad. Desde el momento del nacimiento el bebe se tiene que enfrentar con el impacto de la realidad, que comienza con la experiencia del nacimiento mismo y prosigue con innumerables experiencias de gratificación y frustración de sus deseos. Estas experiencias con la realidad influyen inmediatamente en la fantasía inconsciente que a su vez influyen en ellos.
Las posiciones: esquizo-paranoide y depresiva; en cuanto a la primera (del nacimiento a los 6 meses), la ansiedad presente en el bebe es la paranoide y persecutoria.
La realidad interna supone un mundo objetal y la realidad externa supone un mundo de personas y objetos. El niño ve objetos parciales de la madre (positivos y negativos a la vez). El mundo interno supone la existencia de pulsiones libidinales y agresivas que requieren de ciertos objetos mentales, es decir, representaciones para ser expresadas. La forma en la cual se establece es la fantasía inconsciente. En el primer año de vida las relaciones objetales son parciales; las relaciones de objeto dicen de una representación del otro cargado con afecto (con valencias positivas y negativas, es decir, amor y agresión).
La pulsión de muerte y la precocidad del yo son componentes psicológicos importantes. Klein supone que los primeros seis meses de vida existe una actividad incipiente del yo, pero coexiste con un mecanismo de defensa básico, para manejar ambas pulsiones. El bebe porta ambos elementos y entonces escinde; este es un mecanismo de defensa primitivo que ayuda al yo poner lo bueno y lo malo separado, es decir, la escisión introyecta y proyecta. La madre viene a reforzar la representación buena, de esta manera el yo se hace más consistente de lo bueno cuando la madre no viene a reforzar los aspectos agresivos y paranoides. En el tiempo el bebe tiene que aprender a frustrarse, como también se fortalece el yo cuando las necesidades están satisfechas. A mayor frustración mayor escisión.
En la segunda etapa, (6 meses a los 2 años) se habla de la relación del yo con el mundo, esta supone un yo mas estructurado y más global, el niño empieza a percibir que el objeto que ama y odia es el mismo y al mismo tiempo. Además se de cuenta que sus fantasías pueden haber destruido al objeto madre, se encuentra presente el instinto de muerte a nivel mental en el niño, así surge la capacidad de reparar el daño potencial que se establece en la fantasía.
Aquí el sentimiento o ansiedad característica es la depresiva y además se instala la culpa.
Cuando el bebe percibe a la madre como objeto total, cambia no solo su relación con ella, sino también su definición del mundo. Reconoce a las personas como seres individuales y separados y con relaciones entre sí; en especial advierte el importante vínculo que existe entre el padre y la madre, esto prepara el terreno para el complejo de Edipo.
La proyección desfigura todas sus percepciones, y cuando se percata del vínculo libidinal existente entre sus padres proyecta en ellos sus propios deseos libidinales y agresivos. Esta situación, en que percibe a sus padres en fin de sus propias proyecciones, le origina una intensa frustración, celos y envidia, ya que percibe a los padres dándose sin cesar precisamente aquellas gratificaciones que el desea para sí. De modo que en la situación depresiva el bebe no solo se encuentra con un pecho y una madre interna destruida, sino también con la pareja parental interna destruida de la situación edípica temprana.
En el curso del desarrollo variara la elección del progenitor y variaran los fines libidinales y agresivos, tanto en la elección de objeto como en la importancia de la zona libidinal. Cuando el bebé entra en posición depresiva y siente que ha destruido omnipotentemente a su madre, su culpa y desesperación por haberla perdido le despiertan el deseo de restaurarla y recrearla para recuperarla externa e internamente.
Surgen los mismos deseos reparatorios en relación con otros objetos amados, tanto internos como externos. Los impulsos reparatorios hacen progresar la integración.
El conflicto entre amor y odio se agudiza, y el amor se ocupa activamente tanto de controlar la destructividad como de reparar y restaurar el daño realizado, lo se basa la capacidad del yo para conservar el amor y las relaciones a través de conflictos y dificultades y la armonía de su mundo interno.
Las fantasías y actividades reparatorias resuelven las ansiedades de la posición depresiva. La repetición de experiencias de pérdida y recuperación, hace que gradualmente el objeto bueno se vaya asimilando al yo. Pues en la medida en que el yo ha restaurado y recreado internamente al objeto, éste le pertenece cada vez más.
Una parte importante de su reparación consiste en que el bebé debe aprender a renunciar al control omnipotente de su objeto y aceptarlo como realmente es. Así queda definido el concepto de reparación kleiniano.
Para finalizar los conceptos principales de la teoría de Melanie Klein, creemos importante mencionar sus definiciones respecto a las distintas formas que toma el objeto (teoría de las relaciones objetales)
  • Objeto bueno: Junto al objeto malo, son los primeros objetos pulsionales, parciales o totales, tal como aparecen en la vida de fantasía del niño. La cualidad de 'bueno' se le atribuye, no solamente por su carácter gratificador, sino sobretodo porque sobre él se proyectan las pulsiones libidinales del sujeto. Objetos buenos y malos se hallan sometidos a los procesos de introyección y proyección.
  • Objeto Malo: La cualidad de 'malo' se le atribuye, no solamente por su carácter frustrante, sino sobre todo porque sobre ellos se proyectan las pulsiones destructivas del sujeto.
  • Objeto extraño: Son el resultado de identificaciones proyectivas patológicas, en las que se percibe al objeto escindido en pequeños fragmentos, conteniendo cada uno una parte proyectada del Yo. A estos objetos extraños se los siente cargados de mucha hostilidad.
  • Objeto Ideal: Es experimentado por el bebé durante la posición esquizo-paranoide como resultado de la escisión y de la negación de persecución. El bebe atribuye todas sus experiencias buenas, reales o fantaseadas, a este objeto ideal al que anhela poseer y con el que ansía identificarse.
  • Objetos Parciales: Objetos característicos de la posición esquizo-paranoide. El primer objeto parcial que experimenta el bebé es el pecho. Pronto experimenta otros objetos parciales, ante todo, el pene. Objetos parciales son: el objeto ideal (pecho o pene), el objeto malo (o persecutorio), y el objeto bueno.
  • Objeto Total: Se refieren a la percepción del otro como persona. La percepción de la madre como objeto total caracteriza la posición depresiva. El objeto total es lo opuesto tanto del objeto parcial como de los objetos escindidos en partes ideales y persecutorias. La ambivalencia y la culpa se experimentan en relación con objetos totales. 
  • PSICODIAGNÓSTICO Y PSICOTERAPIAS
    En cuanto al psicodiagnóstico, se procura, a través de técnicas como la entrevista, o instrumentos, como las fantasías inconscientes, mecanismos de defensa, etc; establecer el estadio temprano del sujeto, es decir, si el paciente denota más bien una posición depresiva o esquizo-paranoide. De todos modos, este diagnóstico, es la principal variable del psicoanálisis ortodoxo, pues, en general, las técnicas e instrumentos para diagnosticar son parecidas.
    Una vez realizado el diagnóstico, se intenta establecer la relación transferencial para, luego, poder realizar la interpretación de esta. Así, se ingresa al periodo de psicoterapia.
    La psicoterapia kleiniana, no difiere mucho de la terapia normal del psicoanálisis, lo que si es importante destacar de esta corriente, es que, al desarrollar Klein sus conceptos, desde los estadios tempranos del yo (periodo pre-edipico), que se complementan a la etapa oral y anal descrita por Freud; se da la oportunidad de comenzar a abrir un nuevo foco de análisis: los niños, los bebés. Si bien es cierto, los adultos son diagnosticados según estos estadios, Klein habla respecto a la transferencia infantil que se encontraría, no en la palabra, sino en el juego. En base a esto es que actualmente, se han desarrollado un sin numero de terapias infantiles de juegos, como las de Bion o de Paulina Kernberg, que si bien, no se despliegan desde la corriente kleiniana, fueron la base para estas terapias. En pocas palabras, la teoría kleiniana hace comprender y comenzar a ver al bebe y al niño como un sujeto psicoanalizable.
    Finalmente, es relevante mencionar, la creación del test de Phillipson, quién en base a la teoría de Melanie Klein, desarrolla el Test de Relaciones Objetales (T.R.O), muy utilizado en psicodiágnóstico, y que como objetivo general, intenta revelar las relaciones tempranas del sujeto y la ansiedades y angustia que estas le traen, para así analizar el problema presente tanto para el sujeto como su relación con el entorno.


    El Narcisismo

    ¿Sabes lo que es el Narcisismo? Descubrelo a continuación: 

    Narcisismo es una alusión al mito de Narciso, amor a la imagen de sí mismo. Amor que dirige el sujeto a sí mismo tomado como objeto.
    Sigmund Freud introdujo dicho concepto en el área del psicoanálisis (1930) a través de su obra Introducción del narcisismo, noción que ya había utilizado con anterioridad en su obra, pero con una definición más difusa.
    Si bien se puede aludir a una serie de rasgos propios de la personalidad normal, sin embargo el narcisismo puede también manifestarse como una forma patológica extrema en algunos desórdenes de la personalidad, como el trastorno narcisista de la personalidad, en que el paciente sobre estima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación.
    Estos desórdenes pueden presentarse en un grado tal, que se vea severamente comprometida la habilidad de la persona para vivir una vida feliz o buena al manifestarse dichos rasgos en la forma de egoísmo agudo y desconsideración hacia las necesidades y sentimientos ajenos.
    En su uso coloquial designa un enamoramiento de sí mismo o vanidad basado en la imagen propia o ego. La palabra procede del antiguo mito griego sobre el joven Narciso, de especial hermosura, quien se enamoró insaciablemente de su propia imagen reflejada en el agua.
    La psicología humanista considera que el narcisismo patológico coincide con autoestima baja o errónea.

    El Narcisismo en el Psicoanálisis

    El neurólogo austríaco 
    Sigmund Freud (1856-1939) y padre del psicoanálisis, introdujo el concepto de narcisismo en su ensayo de 1914 Introducción del narcisismo.
    En psicoanálisis se entiende por narcisismo una forma de estructuración de la personalidad, y una etapa del desarrollo del ser humano. Distinguen los psicoanalistas dos tipos: el narcisismo primario de los primeros meses de la existencia y donde el niño dirige toda sus energías a la satisfacción de sus necesidades. De una manera general, se refiere, con el término de narcisismo primario, al momento en que el niño se toma a sí mismo como objeto de amor, antes de elegir objetos externos. Todo su erotismo y/o energía libidinal es autodirigida y el mundo exterior no existe.
    El narcisismo secundario, es un concepto que refiere en la extensa obra freudiana a dos ideas distintas:
    • a) Una forma de designar estados mentales patológicos (narcisismo esquizofrénico, por ejemplo, o en la «neurosis narcisista», que es modo como Freud denominó inicialmente las psicosis, también a lo que hoy se llamaría depresiones mayores o endógenas) donde la investidura libidinal que previamente estaba puesta en objetos recae ahora, regresivamente sobre el yo;
    • b)Una estructura estable (Yo realidad definitivo), donde no hay psicosis, porque existe equilibrio desde el punto de vista económico (flujo de energía psíquica libidinal). Las investiduras (catexis) estarían repartidas armónicamente entre los sistemas y los objetos; desde el punto de vista tópico se puede afirmar que el componente estructural «ideal del yo» y superyó definitivo, se generan a partir del llamado sepultamiento del Complejo de Edipo.

    Narcisismo Patológico 

    Interpretación psicoanalítica

    Desde el punto de vista freudiano de la psico-patología, la estructuración de una personalidad narcisística, implica una detención o fijación del desarrollo de la persona a etapas infantiles de profunda gratificación, o en una regresión del individuo a estos períodos, por su incapacidad para tolerar y enfrentar los retos y fracasos que la maduración y la vida le imponen. 

    Rasgos de la personalidad narcisista

    La personalidad narcisista se caracteriza por un patrón grandioso de vida, este se expresa en fantasías o modos de conducta que incapacitan al individuo para ver al otro. Su visión de las cosas es el patrón al cual el mundo debe someterse. Para los narcisistas el mundo se guía y debe obedecer a sus propios puntos de vista, los cuales considera irrebatibles, infalibles, auto-generados. Las cosas más obvias y corrientes, si se le ocurren a él o ella, deben ser vistas con admiración y se emborracha en la expresión de las mismas. Hay en el Narcisista una inagotable sed de admiración y adulación. Esta necesidad lo incapacita para poder reflexionar tranquilamente y valorar serenamente la realidad. Vive más preocupado por su actuación, en cuanto al efecto teatral y reconocimiento externo de sus acciones, que en la eficacia real y utilidad de las mismas. En resumen, las personas narcisistas, aún cuando pueden poseer una aguda inteligencia, esta se halla obnubilada por esa visión grandiosa de sí mismas y por su hambre de reconocimiento. Llama la atención, entonces, cómo muchas personas pudiendo ser exitosas, productivas y creativas, someten su vida a aduladoras mediocridades. Cuando los narcisistas ejercen posiciones de poder, se rodean de personas, que por su propia condición, son inferiores a él o ella, y de otras, que le harán la corte solo en función de un interés mezquino. Ellas, drogadas por su discurso auto-dirigido, no son capaces de reflexionar y escuchar lo que el mundo externo les grita.
    En la otra cara de la moneda, la personalidad narcisista es, en sí misma, una forma de supervivencia. Hemos visto en el mito cómo Narciso es el producto de una acción terrible. La personalidad narcisista nace de una violencia, de un terrible trauma, de una herida inferida al individuo en sus primeras etapas del desarrollo o antes, cuando la herida es la madre y ella trasmite al hijo su resentimiento, su dolor, su rabia y su temor. Se refugia, el traumatizado, en su propia imagen de grandiosidad, ello le permite elevar su maltrecha auto-estima y sentirse un poco mejor consigo mismo. Su hambre insaciable de reconocimiento se asila en la admiración y la adulación de quienes lo circundan.
    El narcisista es una persona que puede ser muy exitosa, en cuanto al brillo externo se refiere. Él no se plantea dudas en cuanto a la realidad de sus ideas, sean estas brillantes o no. Así vemos cómo personas con una inteligencia mediocre y una cultura pobre, escalan posiciones sorprendentes, para ellas el recapacitar no existe. Aún las más insulsas ideas son expresadas con un espíritu mesiánico, se enamoran de las ideas de otros y las hacen propias sin la más mínima consideración moral ni ética. Estos últimos logran capitalizar a una horda de Narcisistas depresivos que creen, ingenuamente, en la verdad expresada por el pseudo-maestro. Ellos lo seguirán fielmente, no importa cuán errado esté:
    "Sobre la pena duermo solo y uno, pena es mi paz y pena mi batalla, perro que ni me deja ni se calla, siempre a su dueño fiel pero importuno."
    escribe Miguel Hernández, retratando esta suerte de personalidad del narcisista depresivo, siempre fiel, signada por la tristeza derrotada, que busca, con más ahínco que éxito, alguien en quién creer, alguien en quien confiar el remedio a sus miserias. De estas melancólicas soledades esperanzadas se nutre el Narcisismo. La simbiosis se completa con la satisfacción a medias, con un hueco de hambre y sed, que nunca se llega a colmar.
    El recurso de la mitología nos brinda la imagen para la comprensión de la conducta y el mito de Narciso es concluyente en la terrible frase del oráculo: "El niño tendrá larga vida si nunca se observe a sí mismo." Así en la no reflexión es donde puede sobrevivir este personaje. Sin embargo, Narciso, en castigo a su ser desalmado, es transformado en una planta que da unas flores muy bellas, de olor nauseabundo, y estéril de fruto y nos dice el mito que en este tipo de personas hay, a pesar de su apariencia, algo que huele muy mal.


    Karen Horney.

    Karen Horney: Otro pensamiento del Psicoanálisis.

    Karen Horney nació el 16 de septiembre de 1885 y fue hija de Clotilde y Brendt Wackels Danielson. La infancia de Karen Horney parece estar llena de contradicciones: por ejemplo, mientras que Karen describe a su padre como un sujeto disciplinario que prefería a su hermano Berndt sobre los demás, por otro lado aparentemente le traía múltiples regalos a Karen de todas partes del mundo e incluso le llevó con él a tres viajes ultramarinos, cosa bastante difícil de hacer por un capitán en esos tiempos. No obstante, ella se sintió con falta de afecto por parte de su padre, lo cual hizo que se inclinara especialmente a su madre, volviéndose, como ella misma ha dicho, "su pequeño corderito". 

     Tal y como Freud hubiera supuesto, Karen se había casado con un hombre nada diferente a su padre: Oscar era tan autoritario como el capitán había sido con sus hijos. Horney se daba cuenta de que ella no solo no intervenía, sino que incluso entendía que esta atmósfera era buena para sus hijos y que les inculcaría el afán de independencia. Fue solamente muchos años más tarde cuando por vía de su instrospección cambiaría su visión sobre la crianza.

    Teoría
    La teoría de Karen Horney es quizás la mejor de las teorías sobre las neurosis que tenemos. En primer lugar, ofreció una perspectiva bastante distinta de entender la neurosis, considerándola como algo bastante más contínuo en la vida normal que los teóricos previos. Concretamente, entendía la neurosis como un intento de hacer la vida más llevadera, como una forma de "control interpersonal y adaptación". Esto sería, por supuesto, aquello a lo que estamos dirigidos en nuestra vida cotidiana, solo que parece que la mayoría de nosotros lo hacemos bien y los neuróticos parece que se hunden más rápidamente.
    En su experiencia clínica, distinguió 10 patrones particulares de necesidades neuróticas, los cuales están basados sobre aquellas cosas que todos necesitamos, pero que se han vuelto distorsionadas de diversas formas por las dificultades de las vidas de algunas personas.

    Incialmente, tomemos la primera necesidad como ejemplo; la necesidad de afecto y aprobación. Todos necesitamos afecto, entonces ¿qué es lo que hace neurótica a esta necesidad?. Primero, la necesidad es irreal, irracional, indiscriminada. Por ejemplo, todos necesitamos afecto, pero no lo esperamos de todo aquel que conocemos. No esperamos grandes dosis de afecto de parte de incluso nuestros mejores amigos y relaciones. No esperamos que nuestras parejas nos den afecto todo el tiempo, en todas las circunstancias. No esperamos grandes muestras de amor mientras que nuestras parejas están rellenando los formularios de pagos a Hacienda, por ejemplo. Y, somos conscientes de que habrá muchas veces en nuestra vida donde tendremos que ser autosuficientes.

    Segundo, la necesidad neurótica es bastante más intensa y provocará un gran monto de ansiedad si no se satisface su demanda o incluso si se percibe que no será satisfecha en un futuro. Es esto, por tanto, lo que le lleva a tener esa naturaleza irreal. El afecto, para continuar con el mismo ejemplo, debe expresarse claramente en todo momento, en todas las circunstancias, por todas las personas, o el pánico se instaurará. El neurótico ha hecho de la necesidad lo central de su existencia.
    Las necesidades neuróticas son las siguientes.

    Necesidad neurótica de afecto y aprobación. Necesidad indiscriminada de complacer a los demás y ser querido por ellos.

    Necesidad neurótica de pareja; de alguien que lleve las riendas de nuestra vida. Esta necesidad incluye la idea de que el amor resolverá todos nuestros problemas. Una vez más, a todos nos gustaría tener un compañero con quien compartir nuestra vida, pero el neurótico va uno o dos pasos más allá
    .
    El neurótico necesita restringir la vida de uno a límites muy estrechos, a no ser demandantes, a satisfacernos con muy poco. Incluso esta postura tiene su contrapartida normal. ¿Quién no ha sentido la necesidad de simplificar la vida cuando se vuelve muy estresante; de unirse a una orden monacal; a desaparecer de la rutina; o de volver al útero materno?.

    Necesidad neurótica de poder, de control sobre los demás, de omnipotencia. Todos buscamos el poder, pero el neurótico se desespera por lograrlo. Es un dominio de su propia gesta, usualmente acompañado de un rechazo por la debilidad y una fuerte creencia en los propios poderes racionales.

    Necesidad neurótica de explotar a los demás y sacar lo mejor de éstos. En la persona común podríamos entender esto como la necesidad de tener un efecto, de provocar impacto, de ser escuchado. En el neurótico, se convierte en una manipulación y la creencia de que los demás están ahí para ser utilizados. Puede comprender también una idea de miedo a ser manipulado por los demás, de parecer estúpido. Ustedes se habrán percatado de esas personas que les encanta las bromas pesadas, pero no las soportan cuando ellas son el blanco de tales bromas, ¿no?.

    Necesidad neurótica de reconocimiento o prestigio social. Somos criaturas sociales, así como sexuales, y nos gusta ser apreciados por los demás. Pero estas personas están sobrepreocupadas por las apariencias y la popularidad. Temen ser ignoradas, simples, poco "guay" y "fuera de lugar".

    Necesidad de admiración personal. Todos necesitamos ser admirados por nuestras cualidades tanto internas como externas. Necesitamos sentirnos importantes y valorados. Pero algunas personas están más desesperadas y necesitan recordarnos su importancia ("nadie reconoce los genios"; "Soy el verdadero artífice detrás de las escenas, ¿sabes?", y así sucesivamente. Su miedo se centra en no ser nadie, falto de importancia y sin sentido en sus acciones.

    Necesidad neurótica de logro personal. Una vez más diremos que no hay nada malo en aspirar a logros, ni mucho menos. Pero algunas personas están obsesionadas con ello. Deben ser los número uno en todo y dado que esto es, desde luego, una tarea muy difícil, vemos a estas personas constantemente devaluando aquello en lo que no pueden ser los primeros. Si, por ejemplo, son buenos corredores, el lanzamiento de disco y las pesas son "deportes secundarios". Si su fuerte es lo académico, las habilidades físicas no son de importancia, y demás.

    Necesidad neurótica de autosuficiencia e independencia. Todos nosotros debemos cultivar cierta autonomía, pero algunas gentes sienten que no deberían necesitar de nadie nunca. Tienden a rechazar la ayuda y muchas veces son reticentes a comprometerse en una relación afectiva.

    Necesidad de perfección e inexpugnabilidad. Muchas veces para ser cada vez mejores en nuestra vida, tenemos un impulso que puede de hecho ser de consideración neurótica, pero algunas personas pretenden constantemente ser perfectas y temen fallar. No resisten que se les "coja" en un error y necesitan, por tanto, controlar todo el tiempo.

    A medida que Horney fue revisando sus conceptos, empezó a darse cuenta que sus tipos de necesidades neuróticas podían agruparse en tres amplias estrategias de adaptación:

    Complianza (cumplimiento), que incluye las necesidades 1, 2 y 3.
    Agresión, incluyendo las necesidades desde la 4 hasta la 8.
    Alejamiento, incluyendo las necesidades 9, 10 y 3. Esta última fue añadida porque es crucial para lograr la ilusión de independencia y perfección total.

    En sus escritos, la autora usó otras frases para referirse a estas tres estrategias. Además de la complianza, se refirió a ésta como la estrategia de moverse hacia y la llamada auto-retirada. Sólo tenemos que detenernos un poco para ver que estas frases son muy similares en contenido al acercamiento de aprendizaje o de la personalidad flemática de Adler.

    El segundo punto (la agresión) también fue llamado como moverse en contra de o como la solución expansiva. Correspondería a lo mismo que describió Adler con su tipo dominante o la llamada personalidad colérica.

    Y finalmente, además de alejamiento, la tercera necesidad fue llamada también como alejarse de  o la solución de resignación. Es muy parecido al tipo evitativo de Adler o la personalidad melancólica.

    Desarrollo
    Es cierto que algunas personas que fueron víctimas de abuso o de rechazo en su infancia sufren de neurosis en su vida adulta. Lo que casi siempre olvidamos es que la mayoría no. Si tienes un padre violento o una madre esquizofrénica, o has sido abusado sexualmente por un tío, podrías, no obstante, tener otros miembros familiares que te quisieron mucho, que cuidaron mucho de ti y que trabajaron para protegerte de otros posibles daños; y podrías haber crecido sano y feliz como adulto. Es incluso aún más cierto que la mayoría de los neuróticos adultos de hecho no sufren de abusos ni rechazo infantil, por tanto la surge la siguiente interrogante: si el rechazo ni el abuso infantil son las causas de las neurosis, entonces ¿qué la produce?.

    La respuesta de Horney  es la llamada indiferencia paterna o como ella le llamaba "la maldad básica" o una falta de calidez y afecto durante la infancia. Hay que saber que incluso una paliza ocasional o un encuentro sexual en la niñez pueden superarse, siempre y cuando el niño se sienta aceptado y querido.
    La clave para entender la indiferencia parental es que constituye una forma de percepción del niño y no de las intenciones de los padres.

     Aquí sería bueno recordar que "El camino al infierno está lleno de buenas intenciones". Un padre con buenas intenciones puede fácilmente transmitir una comunicación de indiferencia a sus hijos con cuestiones como las que siguen: preferencia de un hijo sobre otro, negarse a cumplir promesas mantenidas, alterando o entorpeciendo relaciones con amigos de sus hijos, burlarse de las ideas de los hijos y así sucesivamente. Nótese que muchos padres, incluso aquellos buenos padres, hacen esto debido a las presiones en las que ellos mismos se encuentran. Otros lo hacen porque ellos mismos son neuróticos y colocan sus necesidades sobre las de sus hijos.

    Horney observó que los niños responden no con pasividad y debilidad ante la indiferencia parental, tal y como nosotros creemos, sino que lo hacen con rabia, respuesta que la autora describe como la hostilidad básica. El hecho de frustrarse conlleva a una respuesta primera de un esfuerzo por protestar por la injusticia.
    Algunos niños perciben que esta hostilidad es efectiva y con el timepo se convierte en una respuesta generalizada ante las dificultades de la vida. En otras palabras; desarrolan un estilo adaptativo agresivo, diciéndose a sí mismos, "si tengo el poder, nadie puede haceme daño".

    Sin embargo, la mayoría de los niños se hallan sobresaturados de ansiedad básica, lo que se traduce casi siempre en un miedo al abandono y a sentirse desamparados. Por una cuestión de sobrevivencia, la hostilidad básica puede ser suprimida y así los padres alcanzan la victoria. Si esta actitud parece funcionar mejor para el niño, entonces se consolidará como la estrategia adaptativa preferida (complianza). Se dicen a sí mismos: "Si puedo lograr que me quieras, entonces no me harás daño".
    Algunos niños descubren que ni la agresión ni la complianza eliminan la indiferencia parental percibida, por lo que solucionan el problema abandonando la lucha familiar y metiéndose en sí mismos, volviéndose preocupados por ellos prioritariamente. Esta es la tercera estrategia adaptativa. Se dicen: "Si me repliego, nada me dañará".

    Teoría del self
    Horney tenía una manera más de ver a las neurosis: en términos de imagen del self ( de sí mismo). Para Horney el self es el centro del ser; su potencial. Si uno ha sido sano, entonces habría desarrollado un concepto preciso de quién soy y por consiguiente podré sentirme libre de impulsar ese potencial (auto-realización).

    El neurótico tiene una visión diferente de las cosas. El self neurótico está "escindido" en un self ideal y un self despreciado. Otros teóricos hablan de un self "especular", aquel que piensas que los demás ven. Si miramos a nuestro alrededor (de forma precisa o no) creyendo que los demás te están despreciando, entonces internalizaremos esta sensación como si fuese verdaderamente nuestra percepción de nosotros mismos. Por otro lado, si estamos fallando de alguna manera, esto implicaría que existen ciertos ideales ante los que nos estamos sometiendo. Estamos creando un self ideal fuera de nuestras "posibilidades". Tenemos que entender que el self ideal no es una meta positiva; todo lo contrario,  es irreal y finalmente imposible de alcanzar. Por tanto, el neurótico se balancea entre odiarse a sí mismos y pretender ser perfectos. 

    Horney llamó a esta relación estrecha entre los yo ideales y despreciados como "la tiranía de los posibles" y de los neuróticos la "lucha por la gloria".

    La persona sumisa cree que "debería ser dulce, auto-sacrificado y santo".
    La persona agresiva dice "debería ser fuerte, reconocido y un ganador".
    La persona introvertida cree que "debería ser independiente, reservado y perfecto".
    Y mientras está vacilando entre estos dos self imposibles, el neurótico se ve alienado de su propio yo y retraído de llevar a cabo sus potenciales verdaderos.

    Discusión
    A primera vista, parecería que Horney robó algunas de las mejores ideas de Adler. Está claro, por ejemplo, que sus tres estrategias adaptativas son muy cercanas a los tres tipos adlerianos. Es, de hecho, bastante lógico pensar que Karen fue muy influida por Adler, pero si nos acercamos bien a cómo ella derivó sus tres estrategias (a través de colapsar grupos de necesidades neuróticas), podemos observar que simplemente llegó a las mismas conclusiones desde un abordaje distinto. 

    Sin embargo, no hay duda de que tanto Horney como Adler (y Fromm y Sullivan) constituyen una escuela no oficial de psiquiatría. Usualmente son llamados neo-freudianos, aunque el término sea bastante impreciso. Por desgracia, el otro término común es el de psicólogos sociales, el cual, aún cuando es preciso, es un término usado más para designar un área de estudio.

    Es importante observar cómo la teoría de Horney se acerca a la de Adler en cuanto a las diferencias entre el afán de perfección sano y neurótico, e incluso, para adelantarnos un poco a nuestros autores revisados, cómo se parece su conceptualización a la de Carl Rogers. Muchas veces creo que cuando varias personas ofrecen ideas similares, es un buen signo de que estamos llegando a algo valioso.

    Karen Horney tuvo un par más de  interesantes ideas que deberíamos mencionar. En primer lugar, ella criticó la idea freudiana de envidia al pene. Aunque aceptó que esto de hecho ocurría en algunas mujeres neuróticas, estaba muy lejos de ser un fenómeno universal. Sugirió que lo que parecía ser una envidia al pene era realmente una envidia justificada al poder de los hombres en este mundo.

    De hecho, decía, podría haber una contrapartida masculina a la envidia al pene en los hombres, la envidia al útero, significando a aquella envidia que se siente ante la habilidad femenina de criar hijos. Quizás, el grado hasta donde muchos hombres se dirigen a por el éxito y de querer que sus apellidos perduren después de su muerte es una compensación por su incapacidad de perdurar una parte de sí mismos a través de llevar consigo, amamantar y criar sus hijos.

    Una segunda idea, la cual no tiene mucha aceptación en la comunidad psicológica, es la del autoanálisis. Karen Horney escribió uno de los primeros manuales de autoayuda ybsugirió que con pequeños problemas neuróticos, nosotros podríamos ser nuestros propios psiquiatras. ¡Podemos observar aquí cómo esta idea podría amenazar unos cuantos de esos egos delicados que hacen su vida como terapeutas!. Siempre me sorprenden las reacciones que algunos de mis colegas tienen con respecto a personas como Joyce Brothers, el famoso columnista psicólogo (Posiblemente, esta postura de algunos terapeutas, sobre todo en el ámbito psicoanalítico esté en sus inicios de modificarse, debido a una nueva apertura y flexibilización de los puntos de vista ortodoxos y radicales de las escuelas. N.T.). 

    Aparentemente, si no trabajamos con una guía oficial, tu trabajo se verá reducido a considerarse como "psicología barata". (Desde nuestra postura, es muy probable que muchos psiquiatras, ante el temor de una psicoterapia menos científica, opten por aferrarse a una psiquiatría bilogicista, donde los fenómenos psicológicos no tienen otra cabida que la causa orgánica, aferrándose así a la "ciencia médica". N.T.).

    El comentario más negativo que podría hacer a Karen Horney es que su teoría está limitada a la neurosis. Además de dejar de lado la psicosis y otros problemas, aísla a la persona verdaderamente sana. No obstante, ya que ella sitúa a las personas neuróticas y sanas en un contínum, se refiere al neurótico que existe en todos nosotros.